viernes, 19 de julio de 2013

Toda la tradición de los Diablos Danzantes de Naiguatá recogida en un libro

Jubilosos por la publicación de un libro que rinde homenaje a la centenaria tradición, que además contribuye a difundir y mantener vivo su legado religioso-cultural, una representación de la cofradía de los Diablos Danzantes de Naiguatá, encabezada, por su diablo mayor o capitán, Pablo Roberto Izaguirre López, mejor conocido como Robin, tomó este jueves los espacios de la librería Gastón Parra Luzardo del Banco Central de Venezuela (BCV).

Con su mejor indumentaria y típicas máscaras, la diablada de Naiguatá expresó su alegría, bailando y tocando, por la presentación de la obra Diablos danzantes de Naiguatá. Pueblo, Fiesta  y Tradición, del fotógrafo Pedro Antonuccio Sanó, publicado por el fondo editorial del instituto emisor.

Casi identificado como un diablo danzante más, Antonuccio Sanó definió su obra como un “anecdotario fotográfico” y expresó su agradecimiento a la cofradía de Naiguatá, capitaneada por Robin, por haberle recibido con afecto y permitirle realizar su labor durante las festividades conmemorativas del Corpus Christi.

El autor agradeció igualmente el apoyo prestado por las autoridades del BCV, tanto a la actual presidenta del BCV, Edmée Betancourt, como al ahora ministro de Finanzas y director del Instituto, Nelson Merentes, por el apoyo prestado para la concreción de este proyecto editorial.

El ministro Merentes, por su parte, calificó el libro como un trabajo excepcional que será de gran ayuda para que el pueblo venezolano pueda conocer mejor las tradiciones y manifestaciones culturales que definen la idiosincrasia venezolana.

El libro está prologado por el antropólogo Ronny Velásquez, quien define la importancia de esta manifestación cultural de la siguiente manera: “En este caso lo que hace el pueblo en sus celebraciones no es comedia, ni una parodia, ni siquiera se hace por extraer alguna ventaja económica. No. Es un acto de fe. Es la actitud seria y comprometida de un devoto. Es una alabanza a sus dioses y espíritus”. 

Las 11 cofradías de Diablos Danzantes que existen en el país fueron declaradas por la Unesco, en el año 2012, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.


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